"Los primeros días los sentí duros, pero entonces una se
acostumbra. Tuve enormes ampollas y cicatrices en mis manos, especialmente en las palmas, el primer
día."
-- Alma S., una muchacha de 15 años de una comunidad rural del norte de El
Salvador, 13 de febrero de 2003.
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El trabajo infantil predomina en las
plantaciones de caña de azúcar de El Salvador. Niños
de hasta ocho años utilizan machetes para cortar la caña, trabajando
hasta nueve horas al día bajo un sol abrasador. Los tajos en las manos
y las piernas son habituales. Con frecuencia, no se dispone de atención
médica y, cuando existe, tienen que costeársela normalmente
las familias de los niños lesionados. Con frecuencia, los niños
no asisten a la escuela durante la zafra, que transcurre durante los primeros
meses del año escolar.
Los ingenios azucareros de El Salvador y las empresas que compran azúcar
salvadoreño usan el producto del trabajo infantil peligroso, un hecho
que saben o deberían saber. A pesar de que muchas de estas empresas,
entre ellas The Coca-Cola Company, no condonan ni permiten el trabajo infantil
en sus operaciones o las de sus proveedores directos, el trabajo infantil
es un fenómeno generalizado en las plantaciones que suministran caña
a los ingenios azucareros del país.
El gobierno salvadoreño y las empresas que utilizan el producto del
trabajo infantil peligroso deben hacer más. El gobierno debe fortalecer
las iniciativas existentes para sacar a los niños del trabajo peligroso
e incorporarlos a programas educativos y de formación profesional,
y debe aplicar las leyes que garantizan el acceso universal a la educación
básica. Coca-Cola y otras empresas deben supervisar las condiciones
laborales en las plantaciones de caña de azúcar y prestar asistencia
a las plantaciones que incumplan las normas internacionales. Coca-Cola y
otras empresas deben reconocer también su responsabilidad de garantizar
el respeto por los derechos humanos, lo que incluye la prohibición
de las peores formas de trabajo infantil, en todas sus cadenas de suministro.
En particular, deben respaldar los programas y los servicios que ofrezcan
a los niños y a sus familias alternativas; no deben limitarse a despedir
a los niños que descubran realizando tareas peligrosas.
Usted puede ayudar. Escriba a The Coca-Cola Company y a la Asociación
Azucarera de El Salvador. Copie y pegue el texto de las siguientes cartas
al cuerpo de su mensaje, edítelo como mejor le parezca y ponga su
firma y dirección.
Modelo de carta a Coca-Cola:
Enviar
Modelo de carta a la Asociación Azucarera Salvadoreña:
Enviar
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